Liberarán a Shalit, secuestrado hace cinco años

17/Oct/2011

Liberarán a Shalit, secuestrado hace cinco años

17-10-2011
CANJE Mauricio Zieleniec – Analista
Con gran alegría valoramos el retorno del soldado (jaial) israelí Shalit, en el regreso a su casa, luego de cinco años de secuestro. La vida en la tradición hebrea, es tan importante, que se cambia a 1.000 presos terroristas, 300 de ellos con culpabilidad de sangre, con asesinatos a civiles, por un solo soldado israelí, esto forma parte de la ética en la tradición del pueblo de Israel.
Los antecedentes según el diario “Ajaronot” de Israel, dice que el 60% de los presos liberados por Israel vuelve a ser terrorista. Hay alivio pero no alegría por la libertad de terroristas, puesto que resulta poco grato.
Pero la pregunta política es clara. ¿Por qué no se realizó este canje antes? Si el precio a pagar no varió y es la misma conversación mantenida años atrás.
Entiendo que Netanyahu hoy se encuentra muy mal visto por las protestas sociales recientes en Tel Aviv y otras zonas del país, donde se reunió por primera vez 450.000 manifestantes sociales descontentos con la conducción económica, en especial con relación a la vivienda.
Israel es de los países del Primer Mundo, el que sostiene un mayor índice de desigualdad, dato de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que revela que la brecha entre ricos y pobres en Israel es la mayor de todo el mundo desarrollado. Mientras 19 familias son dueñas del 34% del ingreso anual que generan las principales 500 empresas del país, la mayor parte de la población acude a diversas fuentes de financiamiento para poder pagar las cuentas a fin de mes”.
Pero solo el 30% más pudiente de la ciudadanía de Israel tiene un déficit mensual inferior al 6% de sus ingresos, en tanto el 10% más rico de la población goza del raro privilegio de ahorrar, en promedio, una quinta parte de sus ingresos, afirma la publicación “Horizonte”.
Sumado a esto, Netanyahu ha bajado su popularidad por no dar tampoco solución en definitiva, al problema del Estado Palestino y estirar sin solución este pesado conflicto inacabable que es éticamente cuestionado mayoritariamente por todos; con un aislamiento político internacional de Israel cada vez mayor, caso Turquía, la votación en la ONU, los distintos boicots surgidos, la fuerte crítica de la oposición política interna, todo esto hace a la decisión política, para cambiar estratégicamente su adversidad interna. Eso lo realiza con un cambio de actitud en relación al intercambio de prisioneros, que hasta ahora se negaba a concretar.
Comienza ahora una etapa de imagen positiva del ejecutivo israelí y es natural que un judío o israelí no va a dejar de alegrarse de que un joven secuestrado hace cinco años, retome su libertad. ¿Y quién en el mundo no se verá congratulado con dicha liberación?
Políticamente nos preguntamos: ¿Qué gana políticamente Netanyahu? En principio el tema que acaparó la mayor atención periodística y política de los últimos meses fue el Estado Palestino, que hoy pasa dicho tema a un segundo plano, siendo un primer alivio para Netanyahu.
Abas, presidente da los palestinos, es visto como un gran líder en Cisjordania y en parte en Gaza, por su protagonismo en la ONU (aunque su discurso fue nefasto); ahora pierde jerarquía y la absorbe, ni más ni menos, que el mayor enemigo de Israel: Hamas.
Este grupo terrorista integrista (que bombardea poblaciones civiles israelíes) queda como ganador injustamente (cambió 1.000 prisioneros suyos por 1 israelí), restándole imagen política a Abas (Al Fatah), que mantiene un compromiso de no violencia ( Cisjordania) en relación a Israel, con un desarrollo económico de su zona altamente satisfactorio.
Netanyahu, por otro lado, en lo político, vuelve a sumar puntos en la sociedad israelí, en un momento donde las estadísticas marcan un muy bajo índice de aprobación a su gobierno, como nunca antes le sucedió. La imagen nacional o nacionalista, cobra emotividad en la sociedad israelí, solidaria con sus soldados del Tzáal, produciéndose un paralelismo de alegría inmediatista con el gobierno israelí.
Nos gusta y nos alegra la libertad de Shalit, pero no nos gusta este manejo político. Y nos volvemos a preguntar: ¿Por qué no lo hizo años atrás? ¿Por qué disminuir indirectamente la imagen de Abas; dialoguista y no violento, y dar a los terroristas de Hamas un protagonismo mayor. Cuando en los hechos, no hicieron nada por el Estado Palestino? ¿Acaso eso ayuda a no conceder el Estado Palestino? Ya que con Hamas es imposible negociar, dada la no aceptación del Estado de Israel. Y el actual gabinete israelí es adverso al Estado Palestino. Eso lo acerca a Netanyahu al Hamas, para coincidir seguramente que Israel no acuerde conceder el Estado Palestino y complicar más el entorno. Los extremos se juntan.
Entre la alegría de la noticia, que presupone el canje por la vida de Shalit y el manejo político que nos rodea y no nos satisface, tenemos introspectivamente una contradicción: alegría por un lado, un manejo político nada agradable por otro lado y el predominio positivo de la ética de un pueblo milenario, que privilegia la vida como valor ético, por encima de todo.